jueves, 17 de mayo de 2012

Quizás la vea...

Entonces la vida nos trajo de vuelta,
a cruzar los caminos, mujer bendita.

Mírame de nuevo, mírame bien:
Ya no estoy viejo como lo estuve ayer.

Me he repuesto de tu veneno, ahora.

Observa mis ojos nocturnos,
observa mi alma brillando.

Olvida ya el rencor y abrázame,
olvida el dolor, el pasado.
Abrázame y vete.

Olvídame, déjame ya con tu pasado
y vete sin tus pasos caminados.
Descansen tus pies en la tierra.

Me he repuesto de mi veneno, ahora.

Mírate de nuevo, mírate bien:
Ya no estás atada por mis cuerdas.

Observaré bien tus ojos, los veré de vuelta.

Veré tu alma nuevamente,
esta vez no te dañaré
tampoco te curaré.

La vida nos volvió a cruzar, muchacha.
La vida nos acerca y nos alarga.

El Alacrán y La Alacrana.

No lo comí. No lo maté.
Él me habló hoy, me dijo dónde estaba su compañera, me pidió que los uniera de vuelta.

Lo respeté, me respetó. Ahora somos hermanos, ahora somos familia. Les seguiré rezando a los alacranes y a las alacranas, hermanos del Cuervo-Colibrí-Conejo-Tortuga-Alacrán.

Los llevaré a donde mejor vivir puedan, a la Montaña, ahí entre bojos, chivos y mezquites. Donde los grillos abundan y están jugosos de verdad. Donde puedan unir su canto al canto de su presa, al canto de sus hermanos, al canto de sus parientes...

Ahora son mi familia, ahora estamos en paz, que nunca más me atreva a lastirmarlos. Los amo, aunque a veces me piquen.