martes, 17 de diciembre de 2013

Cenizas y nieve I: Amanecer.

Tus besos perfumaron mis labios
Como crisantemos fragantes
En la utópica noche de invierno
En que, en sueños, me bebí tu candor.

La alcoba quedó como el carmín de tu labial...
Cicatriz tatuada en su materia inerte,
Indiferente a tu dulce caricia estival
Que anhela mi piel recibir al verte.

Princesa del Edén de lúcidos ensueños
Encendiendo corazones con tu sonrisa,
Ardió mi centro, cenizas quedan, tú te vas...

viernes, 6 de diciembre de 2013

Los restos de mi naufragio

Gracias por la claridad, Agua turbia.
Gracias por la brisa, Huracán tórrido.
Gracias por la tibieza, Hoguera flamígera.
Gracias por tu abrazo, Madre Tierra.

Hoy me desanimo en la batalla.
Mi propia gente me ataca...
Compañas bellas otrora,
Malditas puñaladas ahora.

Cruento paisaje mi alma contempló
En el huerto de amorosas flores
Con irracional accion, de nuevo destrozado
Volver a plantar entonces debo.

¡Oh fustigada espalda mía!
¡Perdóname noble corazón!
Permitanme llorar a su lado,
De nuevo nos castigan manos amadas...

jueves, 5 de diciembre de 2013

Invitación

He andado por senderos solitarios
en busca de esa luz que guía
en las mas oscuras noches
y en los mas nublados días

He buscado el oro del alma
sumiendo mis manos en el fango
y solo pude acariciar la inmundicia
de mi propia miseria humana.

He estado sentado en una piedra
fría y dura como mi corazón fosilizado
(Des)esperando a mi destino que no avanza
y nunca obró el prodigio del amor.

Me sumí entonces en mi propia oscuridad,
Sombras me rodeaban, nígridas compañas,
Y les regalé todo mi hollín para maquillarlas.
Entregué mi profundo deseo al infinito
y todo lo que siempre añoré, lo di...

Lloré con lágrimas prestadas
a mis ojos desérticos,
Grité con voz ajena a mi garganta
Y nunca sonaron mas fuertes
mis lamentos y llantos.

Toma mi mano, negra de dolor
y acompáñame a mi refugio oscuro.
Déjame enseñarte el origen de la fuerza
y el secreto de la siembra del amor...

viernes, 29 de noviembre de 2013

Versos para recitar al oído.

Tu piel se derrite en mis caricias
y fluye como chocolate con miel y canela.
En tu boca reboza el néctar prohibido
de leche, de agave dulce y fermentado,
de oscuro deseo que alumbra mis besos.

Bebe de mí la gota del erotismo
y déjate embriagar por mis sentidos;
en una misma hora, en mismo espacio
fundamos tu tacto con mis caricias,
tus besos con mis labios,
tu húmeda agonía con mi cadencia eterna...

Permíteme gozar de tu mano la caricia ardiente
que inflama mi ánima y desemboca
las tormentosas aguas de mi pasión encarcelada.
¡Libérame de este encierro con tu calor!

miércoles, 27 de noviembre de 2013

El silencio.

Déjame explicarte con el silencio de estas letras
mi grito interminable que alimenta esta ofrenda.

Trazo a trazo dichos sean como rezos
los tantos y tan pecaminosos besos
que en mi alma sigo guardando muy dentro.

Sobre el papel resuena la caótica palabra,
onomatopeya de la pasión contenida.
Cruje como el cielo lleno de tormentas
que se precipitan contra la tierra.

Creciente enredadera que me asfixia,
me silencia e hipnotiza.
Silencio en mi boca, gritan mis letras
la llama vívida y roja de la erótica esperanza...

jueves, 14 de noviembre de 2013

Con el invierno, me llega el olvido.

¡Oh Tribulación! Hoscos nubarrones cruzan mi cielo.
Te busco en mis recuerdos y no sé si perdida estás
(o ya te olvidé).

Esa incertidumbre que nos rasga los labios
ha invadido mis músculos debilitados
y pudre despacio mi piel famélica de tu caricia.

Como un hongo que prolifera en la humedad,
dentro de mi corazón se gesta y fermenta
el punto del doloroso olvido que es atroz.

Perdona mi impertinencia, sé que no convengo a vos,
pero deseo exponerme a ti nuevamente
y que de nuevo me desangres en tu honor.

Tu gélida indiferencia (que puede no ser tal)
congela mis coyunturas pero calienta mi sangre
¿Deseas volverme loco con tu distancia?

Y si me aseguras que no es indiferencia,
sino un cansino temor que se apelmaza
en tus huellas que te conducen a mí...

¿Qué hago entonces para acercarme yo?
Si entre tanta espesura que te rodea
ya no encuentro de tu corazón el camino.

sábado, 2 de noviembre de 2013

Contrastes

Blanco y Negro.
Blanca Leche
Petróleo Negro
Lechuza y Cuervo.

Día, luz y tu sonrisa;
Noche, sombra y mi vigilia;
Late el corazón alumbrado,
a media luz relumbrado.

Día, danza el fuego
Noche, repta el incienso.
Pasiones que se hilan
entre extraños tiempos.

De día, ríe el alma lejana
de noche, llora el alma cercana.
Todo es cosecha,
Todo es verbena.

Blanco y Negro
Blanca Lechuza
Cielo Negro.

viernes, 18 de octubre de 2013

Ahora es tiempo de la cosecha...

Puedes hacer lo que quieras, no me interesa. Confié ciegamente y me cortan la cabeza.
Encierro cruel afronto y en mis barbas se ríen de mi alma prisionera.
Hacen que nazcan flores de odio en todas mis jardineras.

Siembran semillas de amarga yerba oscura que trepa y asfixia,
azuzan a las avispas que descansan en el negro panal
¿Cuándo, imprudente, será el tiempo de pagar?

Me envuelvo en tinieblas, en silencio mortal de piedra,
profunda herida en el corazón me hicieron.
Ahora la cicatriz duele y palpita.

Cada vez escribo menos líneas y letras
cada vez palabras menos
Ahora es tiempo de la cosecha...

martes, 8 de octubre de 2013

Llegaste vestida de espectro...

El blanco de tus perlas hacía juego
con el vestido negro
y tu cabello de fuego.

Te imaginé con piel sedosa
seductora imagen fantasmal.
Tu sonrisa bailaba nerviosa.

En tus manos dormité
tan bello sueño de azul y naranja.
Despertaron viejas añoranzas...

Llegaste vestida de espectro
y me dijiste cómo invocarte,
ahora sólo me falta el espejo.

¿Si digo tu nombre tres veces te aparecerás?

viernes, 4 de octubre de 2013

5 años.

Espérame 5 años. Veamos cómo nos ha tratado la vida...
Ya no era una niña, sino una mujer
hermosa, de aspecto maduro y enigmático
como el cisne que flota en compases de agua.

¿Todavía te acuerdas de eso?
Sus labios no hablaban
y mis ojos mentían tanto.
Nunca me había dado cuenta.

Por favor... ¿Cómo olvidarlo?
Me dijo todavía que nos amamos,
ni siquiera nos despedimos,
al final nos quedamos los dos.

¿Y qué si la distancia me destroza?
Durante años los recuerdos me bastaron
ahora, en la terrible realidad asoladora
el recuerdo es llanto que pide presencia.

¿Y qué si la distancia se acorta?
El corazón con fantasmas no se conforma.
Pide caras, pide ojos,
pide abrazos y secretos al oído.

¿Y qué si el tiempo se vuelve escoria?
Sangra por la entrega, canta por lo dado,
El corazón de fantasmas no llena.
El corazón regala sangre por el llanto derramado.


Espérame 5 años... Veamos cómo nos ha tratado la vida, si tú aún no te casas y yo sigo sola, volvamos a ser uno. - Dijo la adolescente a su novio, en algún momento en que, tal vez, por trabas del destino, se separaron.

Él, varios años mayor, recordó esa oferta, sin saber por qué motivo, a mitad de la junta semestral con los jefes de producción y distribución. El continuo sonido de su apellido lo sacó del ensueño y lo devolvió a la realidad dura de la sala de juntas... Masculló algo y se sumió de vuelta en el recuerdo: Esta vez, ya nada logró sacarlo de ahí.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Colección de Tristezas.

Tristitia.

Quiero decirlo a alguien... me detengo.
No hay quién.

Abro mi cuerpo, las entrañas gritan.
No hay quien escuche el dolor.
Se ha perdido la humanidad.

Confié en el ladrón y se ha ido,
Yo mismo fui descuidado.
Quiero decirlo... No hay quién escuche.

Cogí puños de arena apretados
y nunca obtuve diamantes...


- ¿Aun sientes tus ojos?
Infinitos de tristeza como el mar.

- ¿Aún sientes tus entrañas?
Cuelgan como mis penas...


martes, 1 de octubre de 2013

Campo de Batalla I, II y III

Bailando frente a mi alma encuentro a tu sombra iracunda, amenazante.
Sus ojos son dos cuencas ardientes. Me muestra sus brillantes colmillos y espera que yo vuele...
Lechuza ¿Acaso tu sombra no la habías tirado? Tú misma la arrojaste al fuego. Es nada más el eco de su figura que aún baila frente a mí.

Comienzan los días bellos de Nuestro Señor. Los tambores suenan prestos para la batalla de los guerreros santos... El sonido de los enemigos nos llega desde la distancia y los corazones débiles tiemblan. En mi pecho el tambor golpea con emoción creciente.

Fuiste, Minos, un buen peleador, ahora mi luz te ciega, ahora miles de lechuzas han posado sus garras en tus ojos ¿Qué podrás hacer? En tu laberinto te pierdes guiado por miles de sonidos, tactos fantasmagóricos de plumas antes reposadas en tu magnánima espalda.
Tus cuernos se quebrantarán, tus huesos se molerán, toda tu fuerza será drenada y condenado sin el encanto que te permitía lucirte y conquistar.

Así sea, Así es, Así será...

sábado, 28 de septiembre de 2013

De letras y tragedias

¡A chingar a tu madre, Sófocles!
Grandioso invento tus tragedias
Que heredaste a mi tiempo.

Ahora la gracia de tu puño y letra
Me amarga el paladar y la lengua,
Mi estómago vomita convulso.

¿Tragedia lo tuyo? Tragedia es mirar,
Tragedia es morir, no sólo llorar.
Tragedia las letras que ardieron,
Los labios que mordieron y la mano
cercenada de un tajo.

Tragedia dices, tragedia oyes.
Trágico vives, trágico comes.

¿Tragedia dices?

¡A chingar a tu madre, Sófocles!

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuetzpallin

Cuetzpallin, verde lagartija de Jade
¿Por qué lo hiciste?

Nadie te persigue pero corres
y te escondes bajo la roca.
Creíste ver una sombra
¡Era tu propia sombra!

¿Por qué, tierna lagartija,
levantas las hojas muertas?

Nadie ha venido a quitarte tu madriguera
¿Por qué enseñas uñas y dientes?
Cuetzpallin, verde lagartija de Jade,
no muerdas más mis alas.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Tu recuerdo se me borra

Es el eco de un tiempo pasado lo que escuche en sueños
Un adiós, una despedida muda me pareció tu voz.
Quise aún que me hablaras, que me dijeras algo tal vez
pero no nacía de tu ser la fragante música de antaño.

Abriste tu boca hasta desgarrarte la cara pero no gemiste
ni una queja de dolor llegó a mis oídos ávidos de ti.
Vi tu quijada caer al infinito, te cortaron tu lengua
te amarraron tu garganta, apagaron la luz de tu voz de agua.

Tus ojos lloran el reflejo de mis lágrimas, desfalleces.
Se formó un río enorme entre tus pasos y mis manos,
ahora que llueve se volvió un torrente anchísimo
y arrastró mi ser y ahogó en sus burbujas mi grito.

Sumergido, veo que tu alma líquida fluye y se va alejando
no puedo cerrar mi mano y asirte para que no te vayas,
fluyes y nada más puedo hacer que abrir mis dedos
intentando empaparme por vez postrera de tu recuerdo.

Y cual presagio encontré ayer esa fotografía tuya
que intitulé: Tu recuerdo se me borra...

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Fue su voz y no su beso

De mí eran su cuerpo y sus caricias,
de ella era la decisión de negármelas.

De mí fueron sus dedos finos
de ella la seña inmunda que regalaban.

De mí fue su voz y no su beso
pues doquiera la escuchaba
y nunca me dejó acercarme a ella.

De mí fueron sus ensueños,
de él siempre fueron sus sueños.

De mí fueron sus suspiros,
que cual abismo en miseria me dejaron.

De mí fue su voz y no su beso,
hermano Cuervo.

Hoy que la busco, sabiendo que se fue
me topo con la realidad inmensa
de que ella sigue cercana...

De mí fue su voz y no su beso,
Hermano Cuatro Cuervo.

Flor de dos

El silencio me atrapa en una prisión invisible.

Mi boca se cierra
y mi quijada se tensa,
no puedo tomar aire siquiera.

Me marcharé de nuevo
sabiendo que regresaré al punto eterno,
al mismo eterno comienzo.

Volé creyendo ser libre
y veo ahora que me han atado
a mis alas más estambres no deseados...

Mi luz se marchita triste
quien me prometió la libertad
me encarceló de nuevo...

Cuervo canta tristezas:
Cuervo escribe lamentos:
Cuervo llora en silencio:

Tengo una jaulita de oro
con puertas de cristal
donde encerraron mi alma
por toda la eternidad...

Tengo una jaulita de oro
con puertas de cristal
donde encerraron mi alma
por toda la eternidad...

Tengo una jaulita de oro
con puertas de cristal
donde encerraron mi alma
por toda la eternidad...

viernes, 16 de agosto de 2013

Aceite de Loto

Una sola gota de ese precioso aceite
y me volví un mar de lágrimas...






Gracias por dejarme llorar tu pena.

lunes, 22 de julio de 2013

Cielo Gris, me acordé de vos.

En este momento de quietas nubes,
sentado sobre la piedra misma
de musgos verdes y grises destellos,
se viste mi corazón de melancolía.

No sé qué recuerdo me cruzó las sienes
pero debió ser uno muy profundo:
Me sumergió debajo de las olas
de mis ojos oceánicos, reflejados en los tuyos.

No sé de quién me acordé ¡Lo juro!
Esta estela de pasado me envolvió
y me ha dejado triste y flotando.
Hoy, ahora, aquí me siento triste y acompasado
como el acordeón que llora junto al violín.

¿Dónde quedó la otra parte de esa memoria?
¿Dónde se extravió tu identidad?
¿Quién eres o qué fuiste?
No veo tu rostro ni tu nombre
¿A dónde te fuiste?
Me pareció sentirte cerca de mí
¿Será que ya volviste?

¡Incertidumbre, amor!
No sé quién eres y ya te extrañé
Incertidumbre alrededor.
Sin saber(te) me conmueve(s).

Quizás alguien pensó mucho en mí
y se sintió triste y me lo comunicó.
Quizás no es que yo te extrañe,
sino que el extrañado sea yo.

Quizás quiero creer que alguien,
en algún lugar, por cualquier razón
me extraña tanto y tan profundamente,
que lloro de pensar que no es cierto...

Se esfuma de mi boca el susurro que te llama
no recuerdan mis labios tu palabra

Muerto el verbo, el acto ya no canta.
Los cuartos se vacían y la casa calla.

En silencio sigue muriendo el recuerdo
que pasa,
(se arrastra,)
(se desgarra)
y
     se
          acaba. . .

martes, 16 de julio de 2013

Muñeca Blanca

Aquí me tienes... No me escondo, Muñeca.
No te escondas tú ni te escudes en otros
¿Acaso no eres La Fuerza de entre fuerzas miles que nos circundan?
¿Acaso no eres La Sombra entre sombras que nos cubren?

¡Muéstrame ahora tu nuevo rostro, Infernal!
Deja de cubrirte,
no me obligues a destapar tu raquítica blancura
ni me hagas opacar con mi luz el brillo de tu piel.

Que el fuego ardiente de mi espíritu
puede quemar tu lechosa existencia,
                 por dura que sea la coraza,
                  por brillante que sea tu espejo,
                   con mis llamas a cenizas te reduzco
                     y con mi espejo negro todo brillo consumo.

No uses a mis hermanos para agredirme,
no abuses de mis hermanas para tentarme,
no quieras con mi familia enemistarme,
por mis negras alas te juro que te encontraré para tragarte...

sábado, 13 de julio de 2013

Las manos

¡Qué manos hermosas!
Grandes y tan ligeras como plumas,
hermosas manos que curan

miércoles, 10 de julio de 2013

Pregunto a...

¿Qué hice, oh mi Dios,
para merecer a esta mujer?
Los siglos eternos a ti dados
me parecen poco motivo
y mucho pago de tu parte.

Qué hice para recibir su amor,
sus brazos de miel
que dulcifican mi alma
y calman toda tormenta.

Abrí las manos a ti clamando
porque me dolían y sangraban,
pusiste en ellas su corazón
y no pude más tomar,
Tú, Señor, llenaste mi vacío.

¿Qué hice, Padre amoroso?
¿Acaso no te insulté hasta hartarme?
Y ahora, en tu eterna gracia,
me pagas insultos con besos,
Truecas mi furia en amor
con el simple toque de sus labios...

¡La amo febrilmente!
¡Que ese amor me consuma!
Me arrojo yo mismo a ese fuego.

martes, 9 de julio de 2013

Dejadnos ser

Dejadnos ser amantes, dulces almas
que se unen en sus caricias y besos
hasta que el viento los borra con calma
y arrastra sus cenizas hasta los cerezos.

Dulce néctar libado de tus labios
dejadnos ser en dos cuerpos uno,
Santa piedra que nos sostiene
danos cobijo a tus hijos.

Dejadnos ser en nuestro aliento
lo que la pasión decida
y que nos arrebate el viento
y nos lleve de la montaña a la cima.

Dejadnos, dejadnos a solas
que los besos se apenan
y se agolpan las caricias todas
dejadnos, que los besos afloran...

¡Dejadnos ser y sufrir, Dios!
Que no ves que queremos estar
a la misma cadencia atados
Dejadnos ser y estar.

Ved cómo le tomo la mano
para decirle hola a mi amada,
contemplad, hermana, hermano
cómo se ven las miradas enamoradas.

Oíd del cielo el canto esta noche,
que la lluvia nos arrulla dulce
dejadnos ser, hermanos,
al menos uno esta noche.

sábado, 6 de julio de 2013

Poetas desalmados

Es el alma del poeta
un alma atormentada
por la envidia ajena.
Mentira apenas esbozada
y el alma lírica
ya se sufre y se apena.

Tienen los poetas
una alma mentirosa
que gusta de crear tristezas
y sonrisas escabrosas.

Aman a la mujer musa
y la engañan de mil formas,
abusan de su presencia adusta
hasta que al alma colman.

Esos mentados poetas
son seres deleznables
que apuntan sus escopetas
para matar lo amable...

jueves, 4 de julio de 2013

Te prometí cantar mil versos por tu adiós...

Hoy recordé de nueva cuenta tu imagen que tanto amé en mi pasado. Encontraron tus ojos a los ojos míos, hembra de piel canela y sentí mi alma nuevamente atravesada por la flecha de la melancólica despedida silenciosa que nos separó hace tanto.

Maldigo la huella que me llevó al viejo camino que pensé oculto por la maleza de la costumbre y la vida andante. Maldigo los pasos que me condujeron a ese bosque negro que es tu cabello ¿Por qué tuve que recordarte justamente este día, en que te creí ya por fin lejana y sepultada bajo toneladas de nuevas vivencias?

Me pierdo entre ensueños de añejas memorias, donde, perdida entre la maraña, toca fúnebre orquesta recordándome la futilidad de esta vida, la inevitabilidad de la muerte, la sublime e irreparable pérdida en un día soleado y hermoso. Recuerdo cómo te dejé ir al tener mis manos atadas al presente, a ti, mujer del ayer. Las sombras que el sol proyecta sobre el suelo de hojarasca me parecen tus ojos profundos y enamorados, aún guardando amor para este desgraciado, pude ver otra vez la luz de tu amor que duró aún después del forzado adiós.

Pude sentir en mi carne las lágrimas derramadas por el trauma, mi corazón se incendió con flamas tan altas como el techo del universo al transitar esa pérfida historia de nuestro fracaso. Fue mi llanto el agua que bebí en el desierto que terminó por ahogar al grito de un amor que se negaba a morir de amor...
Enfermé de mil dolores y enfrenté mil más en mi lecho, convaleciente. Sigo ahora soportando la cadena que permití en mi tobillo y que me arrastra al profundo mar del silencio malvado, del silencio orgulloso e ignorante, del silencio terco y enfermizo. Ahora es cuando más deseo tu algarabía de fémina ardiente y feliz, de mujer libre y parlante; ahora es cuando mis oídos desean la palabra que nunca se escucha en las planicies de este yermo en que habito.

Hoy, que recordé tu ser y su aroma de fresas y dulce champaña, se quiebra mi espíritu ante el peso irreductible de la sempiterna soledad-de-ti, del incansable lejos-de-ti, del inevitable extrañarte-tanto.
Hoy, justo después de prometerme no llorar ni sufrir por tu recuerdo, tuve que abandonar mi juramento en el fango que se volvió mi corazón ¡Oh Añoranzas Arcanas! No hay carta en ningún tarot que me augure tu presencia bien amada.

Vuelan los sollozos como mariposas de negras alas, se posan sobre la triste lápida de lo que fue nuestro amor. Ahí, entre las ruinas, sigue esperándote el fantasma de mi amor por vos... Te echo de menos y eso todos lo saben, es evidente.

La presencia que no se marcha, como el persistente aroma de un perfume etéreo, me sigue a todas partes. Tan tristemente perdí tu favor. No me queda más que llorar y seguir cantando mil versos por la pérdida de vos, que antes de partir te juré cantar para que supieras de mí...

martes, 2 de julio de 2013

Ego sum non Meus

- Me siento solo, tan solo, en medio de un mar de gentes que me ahoga con preguntas y miradas duras... Dijo en voz muy baja el hombrecillo desnudo y flaco.

- Bajé de mi montaña para no ser más un hermitaño y me siento profundamente abandonado en esta selva de asbesto y concreto... Ya no soy mío, ya no me pertenezco a mí. Ahora soy un esclavo más, un simple número en el sistema que computa vidas y almas humanas para manufacturarlas y venderlas al por mayor.

Lo vi con amargura mientras lloraba su queja, tan bajito que sus sollozos parecían más bien una dulce brisa de otoño, fría y melancólica... No podía acercarme para abrazarlo, su estado me era repulsivo, su aroma me producía arcadas de un asco tan profundo como su pesar.

- Seguí dos luceros que subieron a mi montaña, los seguí hasta este bosque pequeño donde me encontraste. Esos ojos que primero fueron hermosas estrellas matinales, pronto se ensañaron contra mí y me desprendieron de mi paz; su fuego es tan fuerte que aún me quema...
Cuando bajaba, gritaba con orgullo que no era de nadie más, sino mio y de mí nada más. Ya perdí la apuesta por seguir fuegos fatuos que llegaron a mi tierra como cometas ardientes.

Los ojos del hombrecillo se llenaron de añoranza al recordar esos ojos que fueron su perdición, yo no podía hacer nada más: Era tarde y debía ir a trabajar. Lo dejé acurrucado como estaba, en ese arbusto de bugambilias en flor, la sombra de los pétalos lilas le bañaba con intensos destellos.


Ego sum Meus...

Ego sum Meus!

Escuché el grito desde la lejanía, mientras aún subía la montaña. "Yo soy mío" no comprendí nunca esta afirmación ¿Para qué, en todo caso, sería necesario declarar tal pertenencia?

Escuché el mismo grito más tarde, cuando hube bajado la montaña, pisando ya el pavimento de la ciudad gris y acalorada. ¿Quién me está siguiendo mientras grita esa incoherencia? ¿Por qué ha venido hasta la plancha babilónica? ¿Es acaso un faquir que busca encallecer sus pies con el duro suelo citadino?

Avanzaba lentamente hacia la noche, sumido en un parque de antigua memoria. Entre las sombras de sus árboles y arbustos gritaron nuevamente esa frase latina. Seguía sin comprender el por qué de la necesidad de confirmarle al mundo su pertenencia, no había nadie allí que quisiera robarle algo a quien tal voz elevaba, tampoco lo había en la montaña.

Ego sum Meus!

Volvía a gritar la voz anónima, tan cercana a mi oído que pude sentir su aliento cálido acariciando mi oreja. ¿Dónde estaba la boca que así gritaba? No comprendía qué significado atribuirle a ese "Yo soy mío" que con tanta insistencia remarcaba el aire.

Noté que un arbusto a mi lado izquierdo se sacudía como penetrado por algún cuerpo más grande, de inmediato clavé mi atención en sus hojas y descubrí una figura, casi humana, entre ellas. Me miraba con la misma insistencia que mi vista mostraba.

Volvió a gritar su frase, soliloquio incomprensible para mi mente. Una vez más la gritó y ahora con más fuerza. Quise preguntarle el motivo de su proceder y salió corriendo de entre las ramas un hombrecillo delgado, desnudo, de carnes magras y cabellos grasientos. Sus piernas eran tan veloces como dos liebres que en el desierto corren en pos de la espina que les protege. Nunca logré alcanzarlo.

Sigo sin entender por qué me siguió desde su montaña hasta la ciudad, siempre gritándome "Yo soy mío" ¿Tenía miedo de pertenecer a alguien más?

jueves, 27 de junio de 2013

Entre el alcohol y la pena nos consumimos los dos...

- Verás... Pensé un minuto antes de continuar hablando. - No busco más, no te estoy pidiendo más ¿Comprendes? Sé que yo misma no puedo ofrecerte eso que me pides y que tú tampoco puedes ofrecerme más que eso. Caray ¿Cómo te lo explico? ...

Las palabras daban vueltas en mi cerebro aletargado por el alcohol de no sé cuántas copas que bebimos esa noche. Te veía ahí, sentado frente a mí, sosteniendo el vaso que recién habías llenado con refresco y hielos. Tus ojos fijos sobre mí, tus labios serios con esa expresión tan irresistiblemente aburrida en tu cara, una mera línea que apenas se adivinaba en tu rostro. Sentía que me llevaba el carajo al intentar ver una sonrisa ahí.

Te pedí otro trago, quería aclarar mi garganta y mis pensamientos... Se me olvidaba que el alcohol y sus vapores se me suben pronto a la cabeza. No sabía cómo decirte que, de verdad, a pesar de tu cara aburrida, de tu voz a veces tan monótona y de tu jodida costumbre de ser tan... tan... ¡Carajo! ¡De ser tan tú! Y es que no sé cómo explicarlo... A pesar de todo eso, me he preguntado una y mil veces cómo sería, qué me harías sentir si aceptara tu propuesta.

No sé cómo decirte que también te he deseado, que también me gustaría sentir tus besos en mi cuello, recorriendo desde ahí todo mi cuerpo, no sé cómo decirte que me enciendes la sangre con tu voz grave, que me encantaría escucharte declamando a mi oído esos versos que cantas en otras camas, que quiero acompañarte en un concierto: Tú con tu voz grave y tus versos candentes y yo con mi cuerpo como guitarra que vibra y gime con tus caricias...

Me da pena, ya sabes que así soy, me siento avergonzada de confesarte que también a mí se me encienden las venas al pensar mi sangre en tu sangre, que mi ser completo palpita al leer en tus ojos el deseo que te incendia al pensarme siquiera.

¿Cómo puedo lograr controlarme ante ti? Quizás sea la circunstancia, quizá sea la costumbre... Ya tantas veces me he contenido que temo que mi alma ya no sepa nadar a la superficie de mi piel y se ahogue por siempre en los profundos abismos de mi silencio catatónico. ¿Qué quieres que te diga? No puedo callar a mis ojos traicioneros que ya te han dicho todo de mí... Me conoces, tu mirada me penetra, tus ojos no conocen muros ni obstáculos... Deseo que mires, entonces, mi entrepierna.

¡Deseo que me hagas el amor con tu mirada! No con tu cuerpo, no con tus manos, sino con tus ojos profundos y duros, con una mirada tan fija que termine por abrasarme y me lleve a contemplar esos cielos de los que tanto escucho de tus labios, quiero ver esas estrellas que tanto me han dicho que existen en el cielo de tu orgasmo.

Quisiera atarme a tus ojos, nada más eso quiero. No me gusta tu cara seria y dura, casi impenetrable cual muralla; detesto tu mente tan intelectual y divina, inalcanzable para mi mente mundana y poco letrada; tan sólo gusto de ver tus ojos, una y otra vez, esos ojos extraños y místicos que contienen mil caricias divinas, vividas en los eones de tu existencia. Odio ese bigote que nace en tus labios, no me gusta verte con barba ni bigote pero por ver tus ojos, soy capaz de amar ese bigote y esa barba desaliñados y sucios. Si pudiera tener tus ojos sólo para mí, yo misma te ensuciaría la barba con mis besos y peinaría tu bigote con mis labios carmesí.

Me da pena, ya lo sabes...

miércoles, 26 de junio de 2013

Vélame, ya he muerto.

Hoy probé de ti tu limosna, la migaja de cercanía que estuve implorando tanto tiempo...

Pude ya sentir entre mis dientes el aroma fuerte de tu sexo mojado. Pude degustar el sabor de tu piel en íntima comunión con mi pobreza y tu altivez; bebí del cáliz sagrado la gota de vino que ha quemado mi lengua eternamente y mi sed no se vio apagada. Probé de tu boca la ínfima caricia que pedían mis labios y desde entonces no han parado de llorar.

¿Qué hice, Dios, para merecer tan amargo bocado? ¿Qué hice, Oh Señor, para ser mendigo de una sombra?
¡Oh Gran Hijo-De-Puta! que te arrastraste a sus pies como perro faldero, ahora sufres por tu denotada pobreza. Tristeza del alma aciaga que mendigó, cual pordiosero, el beso negado y prohibido por el desdén.

Bajé hasta el más profundo de mis abismos para acercarme a vos, mujer velada entre cirios rojos y morados, sufrí las piedras y la oscuridad que se tragaba todo a su paso para estar recostado a tu lado, admirando tus senos y tu pecho todo, danzando acompasados con el viento que te da vida. Sacrifiqué en mi más bello altar mis manos mismas y mi sangre, encendí inciensos hechos con mi alma y elevé en tu nombre cánticos, rezos y humos de mil colores.

Me sentí pleno al saberte mía por un segundo, por un fugaz guiño. Fuiste mía, de nadie más... Pero...

¿Por qué sufro ahora, Diablo? ¿Acaso no le recé con vehemencia a esa Diosa Puta que me pedía tan caros sacrificios? ¿Por qué sufro hermano Diablo?

¡Obsérvame, mujer negada! ¡Obsérvame con tu alma! Héme ante ti sin manos, sin labios, sin ojos, sin sangre, sin alma, sin colores. Heme aquí, frente a vos, Diosa de Ébano, llorando rosas y jazmines y tú, altiva divinidad terrena, Diosa Banal de mil amores, simplemente ríes y me escupes inmundicias. De ese sexo tuyo, antes tan glorioso, ahora recibo pútridos vinos y amargos vinagres que queman mi piel y me destrozan la hombría... Me haces tu eterno eunuco.

¡Mírame otra vez, Diosa Perra, Diosa Puta! Te pido que me des otra vez la flor hermosa y fragante de tus labios y que sea tu intimidad presente en mis noches y entre tus piernas, estén nuevamente mis (de)cadencias.

martes, 25 de junio de 2013

Muertes, Muertos y Cantos, I

Cuéntame de tu muerte, dime de ella; descríbeme su abrazo tibio o frío, sus dedos de hueso o su vista de oscuro deseo... ¡Danza Muerte Negra! ¡Danza! Ven a mi tumba y baila sobre ella.

Venga de nuevo mi Muerte Blanca a enseñarme el dulce aroma de las flores que descansarán sobre mi ataúd y mi pútrido cuerpo. Venga la Muerte Blanca a enseñarnos a ser niños de vuelta y correr por campos floridos de funerarias gardenias y en el dulzón aroma de la Muerte Niña irnos a pasear al camposanto como alma que pena por sus ínfimos pecados. ¡Danza Muerte Niña! ¡Danza en las flores de la tierra!

Llegue entonces la Muerte Verde y me tope de frente con sus ojos vacíos, con su lengua muerta, con sus huesos limpios. Venga entonces la raíz y me penetre y me vuelva yerba y me nazcan verdes hojas. Venga la Muerte Verde y nos entierre entre pastos, rocas y pájaros silvestres. ¡Danza Muerte de Yerbas! ¡Mata mi corazón con tu humedad ingente!

Invoco a este lugar de descanso a la Muerte Roja y su tropel de tambores y caballos. Que revienten mis oídos con sus cantos. Que nos lleve a correr por los montes y montañas de huesos blancos. Que se llenen sus fauces de nuestra carne roja, carne llena de pecado y seamos vómito muerto y sangre de vuelta seamos... ¡Venga ya la Muerte Roja! ¡La estamos esperando!

Danzo con Las Muertes, con las muertas me canso. Canto a la Señora que llega vestida, a veces de negro, a veces de blanco. ¡Te amo Muerte, TE AMO!

Llegó la Muerte Azul, la muerte del canto. Me quedo mudo... Bailo, bailo, bailo. Con esta no rezo, no hablo, sólo veo el cielo que se funde en el mar. Estoy a la tierra atado. ¡Te danzo Muerte Azul! Contigo vuelo, contigo caigo...

Descansemos, aún no llegan los muertos encantados. Dime, mientras, sobre tu muerte, cuéntame sobre su abrazo...

No me veles, todavía no he muerto.

A vos... La que no puedo nombrar, a la que no puedo tocar ni con la tierna caricia de una mirada apasionada. A vos, mujer de cera y azúcar morena, mujer de labios prohibidos...

Estas líneas las escribo para mí, pensando en ti, deseándote y deseando liberarme de tu imagen. Estas letras nacen para exorcizar a tu demonio que vive dentro de mi cielo, escondido en algún lugar de una nube que no veo.

Intento no pensarte mientras escribo pero la mente es traicionera y tu recuerdo no esquivo. Me atropella tu aroma cada noche, cada sueño lo sueño contigo; el hambre a ti me sabe y todo mi alimento es tu olvido. Inmerso en las aguas de tu desdén maldito, de tu negación continuada, de tu sexo infinito, derramo el llanto silencioso mientras me hundo en tu voz de sirena y coral.

Expulso ese aire que respiré de tu boca, pierdo el aliento de vida. Se parte en trozos diminutos mi corazón de niño.

Son mis letras un rezo a vos dirigido, son tus oídos divinos y sordos a mi plegaria. Es el café de tus ojos como un monte infinito ¡Dulce tierra! ¡Barro bendito! En tus oscuros cabellos me pierdo, en el aroma de tu cuello mis labios mueren. ¡Mujer! ¡Mujer! ¡Mujer! Déjame decirte adiós sin matarme.

Permíteme olvidarme en tus brazos una noche, déjame recordarme consumido en tu carne y revivir antes de que amanezca... Dame la muerte chiquita una vez y nada más. Quiero revivir luego de morir a tu lado, así como otros han muerto contigo. Quiero que mi cruz adorne tu cementerio, arroja mis despojos al fuego, no me recuerdes tú ni me llores, no es tu muerte sino mi renacimiento. No me celebres, nada más déjame reposar un poco en tu muerte.

Después de esa noche, no volveré a llamarte, mujer de negro, no volveré a tu tierra, ni me verás penando en tu cementerio. Ahí dejaré sólo la tumba, sólo la tierra hendida sin cuerpo ni féretro. Déjame acercarme y llenarme con tu olor por una vez y para siempre, te ruego... No me veles, todavía no he muerto.

sábado, 8 de junio de 2013

Cierto suceso

Estuve pensando, flotando en el tiempo, acerca de cierto suceso de extraño rigor.
No tuve momento de paz y sigilo cuando estuvo aquél cerca de nos.
El antiguo enemigo se presenta de mi puerta en pos.
Las mismas sombras le cubren, el brillo difiere, dentro más negro parece.

A fuerzas de saber y de amar, a su suerte se debe entregar.

La muñeca, la porcelana y la máscara son del mismo color
no hablaba, no veía, caminaba muy torpe, era remedo.
Hoy ya habla, ya vuela, ya trepa paredes.
Hoy se mofa de su poder.

Estuve pensando, flotando en el tiempo que se detuvo por un momento, acerca de cierto suceso de extraño rigor...

martes, 4 de junio de 2013

¡Cástrame, Divina Gloria!

Aunque no pueda más que quererte así de lejos
Aunque no pueda más que desearte sin medida y sin consuelo.
No me queda sino desearte plena vida
y pedir para ti miles de halagos y festejos.

Que sean tus labios dulces besos jamas dados
a mis fervientes labios que por tus besos mueren.
Que con un beso, mujer, puedo conocer tu alma toda
y con esa caricia quedar por siempre atado a tu boca....

Sea, pues, el ánimo divino y la feliz gracia,
que llegue a tus brazos el abrazo prístino
y lleguen eternos y fieles besos a tu boca.

¡Soy incapaz de amarte sin pecado!
Soy una vil escoria...
No puedo evitar desear tu carne
no puedo evitar desear tu boca.

¡Cástrame, Divina Gloria! ¡Cástrame!
Preferiría odiarla antes que adorarla
[¿Acaso no ves que es una bomba?]
¡AAAAAARRRGGGGGGGGGHHHHHHHH!



¿Podrías darme, al menos,
con quieta mano y tierno aliento
darme tan solo un acabado beso
que encierre todo este suceso?

sábado, 4 de mayo de 2013

Soneto erótico

Por un canto a la vida he sido despertado,
joya dulce, coro erótico de angélicas voces.
En mi boca escribieron los versos
con sus labios encendidos y cinceles de besos.

No era sólo un canto voluptuoso
era un himno de creación, para inspirar creadores
de arduas faenas y trajines
y animarles a todos, inflamando sus corazones.

Fue entonces que comprendí que tu erotismo
era sagrado y por demás bello,
que no era solo exhibir, ni era vouyerismo.

No eran solamente tus turgentes senos
sino tu creación de vida generosa,
entendí que erotismo es vida hermosa.

martes, 23 de abril de 2013

Manifiesto

Besémonos uno al lado del otro, donde la luz no llega por estar tu brazo cubriendo mi desnudez. No dejes que el día me lleve de ti cuando quiero contigo la noche compartir, llévame de la mano, mejor, a donde tú estés, cándida y fragante, para caminar por la noche, a los rayos de la luna que desde arriba nos envidia.

Vayamos a vivir donde el sueño es realidad y no puede ser roto al amanecer como tantas veces he visto a mis realidades caer en añicos vueltas por el duro golpe del despertar... No me dejes detrás, no me dejes fuera, que afuera llueve y dentro también, no me dejes que quiero entrar a tu confort y verme calentado junto a tu fuego en tu chimenea y cerca de tu pecho. No me niegues, amor, la dulce caricia que tanto añoro ¡No me niegues, Dios, estar a su lado!

He corrido en su busca toda la vida, Señor, sin conocerla jamás y ahora que estoy frente a ella, sé que a ella misma buscaba mi corazón. Te pido que me dejes aquí estar, por mi cuenta, aún cuando me duela aquí permaneceré, pues es aquí donde debo estar y cumplir tu dulce designio como nunca se ha visto que lo cumpla antes. Ante la furia de la tormenta, he de estar siempre en pie; justo cuando caigan los rayos a la tierra, con mis brazos abiertos cantaré hacia el cielo viendo, con manos ansiosas por atar tus hilos de luz Entre más negra resulte la noche en este cielo ¡Más he de volar hacia tu luz con decisión y sin dudar, Amor!

Ante la fuerza del viento, la fuerza de mis alas; ante la furia del agua, la furia de mi coraza tantas veces fustigada, tatuada con miles de látigos de fuego; para el embate de la tierra, el embate de mis pies; para el incendio del fuego, el fuego de mi corazón que arde desde siglos y eónes incontables. Me ofrezco a la tormenta y a la paz con la misma felicidad.

Ahora que estoy en el puerto que deseo, Dios conmigo ¿Quién contra mí levantará ejércitos que no pueda vencer?

A mi costado late tu vida, mujer, preciosa como una joya que me fue entregada. Eres mi más bella esmeralda, mi rubí de sangre, mi ámbar de sol. Como estrella en mi cielo, piedra brillante, piedra preciosa, me iluminas, ya no hay tormentas de negras nubes que cieguen mis ojos. Y si caigo de ese cielo ¡En llamas caeré!

Ya no lloraré hasta el amanecer por la soledad, el desamparo, el desamor... Ya no duelen las heridas en el pecho, mis manos no sangran más los ríos de melancolía antigua.. Fue necesario y mejor así, el río es siempre un río aunque siempre se vea distinto. Son venas de oro y luz que nutren mi ser como el seno de mi madre hizo.

Ahora que estamos, como al inicio juntos, besémonos en serio, hagámoslo en verdad, de corazón y con amor, un beso que me sepa a sonrisas, a sol recién nacido, a rayos de luz de luna que se cuelan entre los nubarrones que la ocultan. Bésame con todo el amor que el universo guarda en sus eternidades, un beso más y estaré sin remedio atado a tus labios ¡Dámelo ya, sin más dilación! Que mañana se acaba el mundo y mi vida ¡Un beso más para tener de vida un día más!

domingo, 21 de abril de 2013

En la oscuridad, las confesiones nacen mejor

Hoy acepté que mi imaginación conspiraba contra mi vida, acepté por fin que mi propia imaginación me estaba volviendo loco y no hubo curación alguna, sigo torturado por visiones, pensamientos, sonidos, aromas que no me pertenecen, que no logro asir entre mis manos y que me son prohibidos.

Hoy quise hacer una tregua con mi mente: Descanso a cambio de Intento, le ofrecí. Me miró burlona y me escupió para responderme. Fabricó frente a mí aún más ilusiones siniestras, que son voluptuosas a mis ojos y que inflaman mi deseo, me mostró tu cuerpo velado, tu cuerpo tan deseado por mí, se regodeaba al verme admirando tu piel. Supo entonces mi debilidad.

No sé qué busca mi mente malvada al hacerme pasar por tales alucinaciones, no entiendo su motivo de recordarme, reiteradamente, tu imagen que me embelesa y me atormenta...

Escribo esto de noche porque en la oscuridad, las confesiones nacen mejor.

Uróboros nocturno

Ella se quedó dormida mientras intentaba seguir con la plática, le fue imposible poner atención a las palabras estando tan cansada. Él se quedó en silencio, la miraba admirado de la belleza de esa mujer que compartía su lecho en esta noche.

Tuvieron el tiempo necesario para hacerse el amor hasta saciar de caricias sus cuerpos, ya cuando el cielo se pintaba de negro y azul aún sentían ambos un último orgasmo que los perdía en las profundidades del Universo. No se soltaron hasta que el fresco de la media noche entró por su ventana.

Él sacaba humo verde por la boca y charlaba sobre la espiral ascendente de la historia del hombre y de las constantes repeticiones del mismo suceso en distintas épocas. "Es como el uróboros que se muerde su propia cola, solamente que la historia no se consume a sí misma, más bien se replica a sí misma" La charla era difícil de seguir...

martes, 16 de abril de 2013

La condena

Fue el momento en que abrí los ojos y supe que estuve soñando todo. Se esfumaron las caricias de tus dedos y las huellas de tus besos en mi piel se evaporaron; ante mis ojos tan sólo la claridad del día. Pasé mis manos por mi cabeza, me toqué la cara, aún recordaba esos besos soñados. Mi cuerpo olía a ti, mi ropa, mi cama, hasta mi alma olía a ti... Entonces fue que decidí levantarme, con la mirada melancólica, a buscar mi consuelo entre las caras vacías de afuera, entre besos inconclusos y caricias de fachada deslavada. La ruina se encaramaba a mis hombros como una joroba.

Fuiste un sueño, pude hacerte mía pero de cualquier modo te marcharías al amanecer ¿Qué pasión puede soportar tal suerte? El azar se impone al corazón, lo paraliza. En las madrugadas busco tu rostro, lo veo, lo encuentro tan cercano pero inalcanzable, como la luna llena. Quiero correr detrás de tu ilusión y perderme con tu fantasma en el bosque de frescos abetos y pinos de tu alma.

El viento calmado de la noche me habla de ti, en ocasiones tú me hablas de ti, luego olvido lo que veo, lo que escucho tan sólo por soñar contigo...

Ahora el amanecer es un cruel castigo.

Magia del Cuervo

Que nazca y vuele la magia del Cuervo
que se posa en los hombros de Dioses
 y tiene garras suaves y ojos punzantes
con plumas negras y picos amenazantes.

Que saquen a los enemigos los ojos
que los vuelvan locos con su grito
que guíen a los lobos a la masacre
y junto a ellos se sacien los apetitos completos.

Que nazca el poder del Cuervo
y pueda encontrar a los muertos errantes
y llevarlos siempre hasta su puerto
vuele sobre aguas de odio sempiterno...

Vuelan y se enteran de las nuevas
con sus miles de ojos y oídos
todo escuchan, de todo se enteran
Hablan con Dios, Él los espera.

¡Se abren las alas! ¡En el viento negro vuelan!

Amanece, ya deseas...

Se rompe la aurora, miles de pedazos de cristal flotan en la niebla matutina. Es el instante mismo en que te das cuenta de que, desde hacía mucho, te estaba dejando fuera de su vida, pasaron tiempos y no te enteraste, tampoco te dijeron.

Como cuando amanece, de pronto todo luce gris y reposado. El dulce tono del adiós y del sol que nace. Ese tono lo escuchaste, lo viste, fue parte de ti como el recuerdo de un perfume colgado en el aire saturado y en cuanto nace la estrella regidora, se dispersa como diminutas gotas de rocío en la montaña.

Ayer, quizás ayer te diste cuenta de que deseabas algo y que aún lo deseas pero no llegará, ayer te acordaste de que ya no está ahí, que ya se fue.

Al final no somos indispensables aunque me encantaría estar a su lado una vez
                                                                                                       (otra vez)

sábado, 13 de abril de 2013

Vínculos imperecederos

Después de la distancia, no nos quedó más; La misma Tierra que soporta los mismos pasos de ambos, pasos que nunca recogeré. Sigues ahí, sigo acá, tan viviente como tú, sonriendo día a día y llorando de vez en vez. Nada ha cambiado del todo, la esencia permanece a través del tiempo.

Extraña Luna viajera, a donde tus pasos larguen mis ojos os verán y con tu lengua llenarás mis palabras. Así sabré de ti entonces. Las noticias nunca paran de llegar y seguir delante. Así te veré y así me recordarás.

Después de la distancia, nos queda el recuerdo, el lazo de sangre que es imperecedero. Sigo siendo quien te abrazó en tu día primero. La misma Tierra que guía nuestros pasos puede unir caminos distantes. Pasos que nos lleven a unir nuestra esencia y despertar.
Vida es sueño, Sueño es morir, Muerte es Vida y así... La misma Tierra de nuestros pasos nos puede reunir.


martes, 9 de abril de 2013

Las últimas perlas

Sus lágrimas seguían tibias,
el corazón ya no latía.
Colgando en su interior
su cuerpo colapsó.

¡Penar, oh Belleza! Penar.

Con la punta de sus pies
quiso tocar la tierra
yaciendo debajo.

Sus manos vacías ya
guardan la eternidad,
sus manos vacías
ahora llenas están.

¡Penar, Oh Belleza! Penar.
Nunca más.

Sus últimas perlas seguían tibias,
el corazón no latía ya.
Colgando en su interior
su cuerpo colapsó
en los extraños brazos de la soledad.

¡Penar, oh Belleza! Penar.
Nunca más...

sábado, 6 de abril de 2013

Dulce pecado

Una mirada solamente, por una mirada ardiente
de esos ojos grandes, marrones y lejanos,
me revuelvo en mil pensamientos para robarles
en mis labios un beso dulce, lento, que queme...

Por un viso de tu cuerpo, por caminar palmo a palmo
las palmas de tus manos, las palmas de tus pies
y la piel de tus senos firmes y morenos.
Por un poco de luz virginal, María de Azúcar.

Por disfrutar de tu sensualidad, de tu ingenuidad,
por vivir un minuto en la eternidad de tu sexo
y en la profundidad de tu aroma de mujer.

Me pierdo en mil ensueños y planeos
para acercarme a los pliegues de tu rezo,
a la caricia de tu calor que envuelve tu paso
y me deja humeante las cenizas del deseo.

¡Hierve mi sangre por tu beso!
¡Arde mi piel por tu abrazo!
¡Ruge mi cadera por tu sexo!

Mujer de misterios velados, de negras gasas
y tules delgados, dame a beber
y calma mi sed de ti, dulce pecado...

jueves, 4 de abril de 2013

Belleza oculta tras la apariencia del día a día.

He visto ya en tres veces la esplendorosa novedad de la Primavera,
Siempre colgando la enredadera en los viejos cables, con su aroma,
con su color, con su belleza envolvente.

La rosa más bella también tiene espinas en su tallo, finas como agujas
certeros dardos de advertencia.

Vi su danza seductora, creciendo segundo a segundo, en mis ojos.
Sus formas me hipnotizaron, no podía dejar de mirar el acto.
¡Oh hermosa! ¡Oh plena! Agradezco por verte bella.

En la puerta del amanecer vi claramente que me observaste,
tus flores comenzaban a despertar también.
Claramente vi cómo se abrían para saludar al sol.

Abierta primavera, pétalo en flor, dulcísimo néctar derramas
¡Libadlo! ¡ Bebedlo! ¡Llenaros plenos!
Déjame sorber lo más dulce, de ti lo más bueno,
que en mis labios reciba el oro, os ruego...

sábado, 16 de marzo de 2013

Clamor del Cuervo

Como un ciervo en tu desierto, clamo a ti ¡Oh Señor!
En mis rodillas sangran las noches eternas de rezos
y en mis lágrimas ya no encuentro consuelo
en esta hora de grises nubarrones y misterios.

Clamo a tu amor, clamo a tu corazón, clamo a ti.
Pido te presentes en mi vida y me dejes verte
con la claridad que ayer te pude ver, Padre Eterno
y me vuelvas a cegar con tu luz brillante.

Como un siervo en tu pradera te rezo ¡Oh Señor!
En mis manos sostengo el corazón
que depositaste en mi pecho vacío hace años
y lo entrego a tu hoguera de mil fuegos sagrados.

Como un siervo en tu desierto, clamo a ti ¡Oh Señor!

viernes, 1 de marzo de 2013

Cartas para Nadie

Te escribo desde mi exilio, confinado a mi prisión en la costa del Pacífico. No tengo más qué hacer en estos aciagos lugares, el calor se me trepa al cuerpo, la brisa salada me corrompe los dientes, el encierro es un mal menor. Escribir se ha vuelto un ejercicio soso e incoherente en esta realidad alterna, es nada más un intento de no olvidar mi humanidad entre estos muros insípidos.

No hay mucho qué pensar en este lugar, de nada sirve hacerlo, la cabeza duele, el cuerpo se cansa y las gaviotas no se callan durante el día; siempre pensé que una prisión costera sería como un paseo dominical en comparación con los pestilentes calabozos de la capital. Ahora prefiero esa pestilente oscuridad a esta claridad devastadora. El cielo está profundamente azul y cristalino, las nubes navegan como fragatas en alta mar y esas estúpidas gaviotas no se callan...

Acá la vida no se volvió más interesante, no mejoró su sabor como prometía esa vieja canción ¿La recuerdas? Acá incluso eso, la música, se siente sin vida. Pensé recibir delicias marinas como alimento, ni siquiera las ratas se comen esa asquerosidad. Tenemos que cuidarnos por las noches de que no se acerquen demasiado y nos roan los dedos, las orejas, la nariz, la vida misma hasta los huesos.

Lo peor no son los barrotes, es la belleza que nos rodea, son las palmeras y sus cocos, es el sol ardiente y hermoso, son las nubes blancas, es el sonido de las olas que rompen contra los muros grises, es el aroma del mar colándose hasta mi celda solitaria, es el saberme inmerso en la plenitud y no poder disfrutarla...

Te escribo como un último recurso contra la locura, como una última barrera que tiembla ante la inoportuna candidez de la playa. Te escribo a sabiendas que mis cartas terminan en la arena, regadas por algún guardia...

sábado, 23 de febrero de 2013

Canto de odio sempiterno

Nunca vuelvas a imponer en mi voluntad tu deseo
Ni quieras intentar siquiera cumplirlo en mí.
Te permití hacerlo un día por el dolor que me causó
tu palabra y tu acto rastrero.

Ahora que vuelvo con fuerza saliendo de mi encierro
no te atrevas a mandarle a mi alma con tu dedo,
que sin dudar te arrancaré la mano entera como cuervo.

No quiera ya tu mente ganar sobre mi decisión
que no podrá detener entonces mi golpe fulminante.
Ni busques el viejo chantaje, aprendí a verlo desde lejos...

¿Has visto lo que ocurrió en mí luego de tu orden?
¿Sabes qué me sucedió al cumplir íntegro tu deseo?
¿Has notado acaso la tristeza ingente que aún flota en mis ojos?
Nunca regresaste para preguntarme cómo me sentía
mientras estuve ahí, esclavo de tu terquedad,
sufriendo en silencio el fustigar de un látigo cansino
que tu mano descargaba sádica sobre mí, sin motivo...

¿¡Acaso no te bastó con encarcelarme!?
¿¡Acaso era necesario aún mayor tormento!?
¿Qué no dijiste amarme tan sólo minutos antes?
¿Qué ganaste de mi soledad y sepulcro?
Tu tumba no se volvió más cálida ni tu entierro más ligero.

Estarás feliz con todo el daño que en mí dejaste,
estarás satisfecha con el desgarro que causaste.

No te atrevas nuevamente, nunca, a mirarme a los ojos
profundos de sueños y negros odios que aún arden...
No te atrevas a entrar al cuarto oscuro
donde se esconde a llorar mi demonio.

No quieras iluminar esa negrura que nace de a poco,
es tu creación, es tu semilla en mi corazón plantada
es tu retoño ¡Reconócele que te pertenece!
Aunque siempre habitará en mi cuerpo...
¡Ahora se ha vuelto un odio eterno!

¿No era eso lo que buscabas al arrancar de tajo la flor?
¿No era esa la intención al quemar el verde césped?
¿No era esto lo que querías de mí?
Nunca esperaste crear tanto mal en un sólo sitio
y he aquí que lograste lo siempre anhelaste...

Fue tu infantil deseo el conocer al demonio que yacía preso.
Fue tu infantil empeño el verle suelto.
Sumida en la oscuridad que hoy me enfrenta a ti,
caerás débil ante mi vuelo y no podrás evitarlo...
Nunca, nunca más conocerás la paz o el amor.

Correrás hacia la ventana y luego a la puerta
buscando un poco de luz y aire para sobrevivir
y no sabrás cómo has llegado hasta aquí,
intentarás escapar en silencio, yo sé que lo harás.

Ya cansada de preguntarte qué secretos escondo ahí,
posarás tus manos descarnadas sobre los horrores
de viejos y olvidados recuerdos del cadáver de un hombre
que tampoco supo cómo fue que terminó ahí.

Una canción de tono infantil te llenará la cabeza
probándote el límite de tu cordura corporal
y se volverá un mioma sanguinolento en tu útero decrépito.
Nacerá de ti la abominación del odio que dejaste crecer.

¡Tuviste la oportunidad de retractarte y salir corriendo!
tuviste el tiempo y el modo necesarios para salvarte
tuviste al mundo a tus pies y en tus manos abiertas
tuviste a tu alcance la llave de la caja de Pandora
y ahora la encuentras en el suelo, abierta.

Con la muerte de la última estrella acabe, quizás,
este odio sempiterno que no cesa de crecer en silencio...

sábado, 9 de febrero de 2013

Al final

Sí, al final te perdí y nos olvidamos.
El problema es que el final aún es futuro para mí.

Al final nos quedaremos como al inicio:
Sin conocernos ni recordarnos.
Quizás, al encontrarnos frente a frente,
recordemos entonces el otro al uno
los besos y los abrazos que no nos regresamos.

Te perdí y ya no te encuentro.
Melancólico estribillo repetido
del niño que olvidó su juguete preferido
y siente que su mundo es otro.

¡Ya no te encuentro!
Grito desesperado
como de una madre buscando a su hijo
como el bramido de un elefante agonizante...

Escogí caminar y aquí no te encuentro.
Simplemente no te busco.
Simplemente no te encuentro...
Ya no te recuerdo.

Lamento del indio ante las ruinas de la Ciudad Dorada

Recuerda... Recuerda... Recuerda...

Aquél tiempo de vientos cálidos, aquellas montañas verdes y azules alrededor, aquél suelo de tierra pisada fuertemente por gigantes.
Recuerda esos momentos de risas entre las malezas, de agua que corría por el río, de pozos secos que repetían mis versos, de fuegos crepitantes y luciérnagas verdes al anochecer. De lunas pacientes se llenó la cubeta de agua en las tranquilas tardes de tu recuerdo.

La alfombra verde que cubría el paso se secó igual que el último pozo, el túnel de vegetación que conducía hasta el claro fresco se cerró durante la estación de lluvias, no quiso ya la montaña que nadie tome su aire ni su agua ni su paz; tanto la han dividido y acaparado que dejó caer una enorme maraña de ramas, espinas, arañas, alacranes y piedras para cortar el sendero.

Las rocas aún recuerdan las charlas y los humos del tabaco compartido tantas veces, tantas horas, tantos días. El suelo sepulto de la vieja calzada está ahí, uniéndose a la nueva tierra que cayó sobre los pasos de antaño, el altar también quedó bajo el alud. Se escuchan todavía los cantos que adornaron antes esas piedras, esas tierras, esas pisadas.

Más arriba, aún se siente el aroma de la convivencia a escondidas de indiscretas miradas, donde hubo tanta gracia derramada. Más arriba aún siguen las bardas que un día acabarán por ser fronteras infranqueables. Ya ni siquiera se notan las profundas huellas de tantos pies que subieron y bajaron esa cuesta.

Arriba ya no vuelan las águilas ni los cuervos, arriba ya no hay lugar para los buenos deseos. Murió el último guardián y se acercan ya las sombras de los carroñeros...

Recuerda... Recuerda el tiempo bueno.

¡Haz que florezcan sus grandes campos con tu amor y tu recuerdo!
¡Que vibren de nuevo los suelos verdes y las paredes de musgo!
Que se escuchen en toda la montaña risas y en el valle, por favor, que se oigan fuerte como antes...

Recuerda el tiempo bueno...

miércoles, 30 de enero de 2013

También fuiste olvidado

¿A dónde vamos, compañero, si en todos lados somos viajeros errantes? Pretendes hablar de renombres y apellidos rimbombantes, sigues siendo mortal y mendigo como antes. De nada sirve encontrarnos, aunque sé que me buscaste. Huí de tus ojos para no herirme con la punta afilada de tus lanzas y cuchillos, preferí correr hasta perderme que vivir cerca de tanto peligro.

Dejé plantadas en mi sendero pequeñas semillas de luceros, de madreselvas y de crisantemos, si no se las comen los pájaros, en primavera y en verano encontrarás mi destino año tras año; date prisa, las aves ya están comiendo...

¿Llorar, hermano, mi amigo? Ya no sirve para ninguno de ambos, para nada hemos llorado, fue desobligado. No caigas en la tentación de encontrarme de verdad, ya no estaré a tu mano. Pido que comprendas, que entiendas mi correlato. No sé desde dónde te escribo, ni sé siquiera este mensaje a dónde mandártelo, ya no te conozco, ya no te alcanzo.

Entre las llamaradas de eternos pasados me consumí, el fuego del ayer aún ardía en el profundo bosque que plantaron tus abrazos y no pude resistir el deseo de recordarte nuevamente y de volver a ver tus palabras pintadas en mis labios, de recorrer juntos, en un recuerdo inmortalizado los ensueños que ambos compusimos aquellos años.

Salté a la hoguera que ardía con lágrimas de luz cayendo alrededor, te vi detrás de mis huellas, buscando mi camino, ¡Te pude gritar! ¡Te pude llamar! Sin embargo el tiempo ya me había transmitido su daño, llorando mis labios de ti se olvidaron, no volaron más mis plumas ni oyeron los vientos mi canto, me dediqué a volverme fuego y a irme al cielo, flotando.

Por eso ya no contesto más tus llamados. No tengo boca para gritarte, tampoco tengo manos. No sé dónde estamos, dudo mucho que volvamos, ni juntos ni por separado.

Al final, te perdí y nos olvidamos.

Una búsqueda, me negaba a saberte muerta, desaparecida... Nunca quise aceptar que te habías ido lejos, debió ser un sueño cuando escuché tu voz. Llamé con toda la fuerza de mi pecho, grité tu nombre numerosas veces en los acantilados donde te vi por vez postrera, abriendo tus alas al aire que ascendía en espirales de polvo.

Pensé en llamarte tantas veces, nunca me decidí hasta hoy que es, quizás, muy tarde o más bien, fuera de tiempo. Ni tarde ni temprano, simplemente fuera de tiempo, tú no estás y yo aquí desgañitándome por una ausencia. Zarpé una tarde detrás tuyo, siguiendo el aroma que dejó tu sombra al esfumarse con el alba; pronto el inescrutable mar de dudas colmado me arrojaba a las lindes de la cordura en un intento de detenerme, de vencerme y aniquilarme. No vi tus huesos en el fondo del mar y rechacé la tempestuosa invitación del agua.

Ya sin nave, estiré mis manos hacia las estrellas y me elevé por encima de las olas, de las montañas, de las nubes, de todo... Ahí también te llamé con fuerza, con tu nombre en los labios pregunté a los tres mil soles que me oyeron y me respondieron que pasaste por ahí, hace tiempo, no más, seguían alumbrando con sus rayos el acontecer.

Al salir de la galaxia me alcanzó un enorme hoyo negro que decía conocerte, que mentía sobre ti y tu destino. Me dijo que me amabas, yo sé que miente. Retorció el tiempo, me dejó perdido entre el futuro y el momento después del mañana cuando el sol parte el ayer y la luz se estanca, volviéndose de color gris el alba... No te encontraré jamás. Entre los coloridos cielos sin horizontes ni nubes, de eléctricas noches, de radiantes colores marmóreos, sigo gritando a tu pecho. De día los soles pasan raudos en la bóveda, no te encuentro en ninguno de ellos. Los vapores neblinosos de tanto tiempo detenidos se me meten en las botas y me congelan los dedos, las ramas punzantes que no veo me agarran ¿Dónde te metiste y a dónde mandé tu alma?

No puedo regresar, estoy perdido y sin ti. Me tragó el tiempo, me destruyó la infinita espera, la infinita paciencia, la eterna bondad. Me destruyó mi esencia, aquí no soy inmortal. Me siento a llorar a la luz azul y rosa de cuatro lunas, me hundo en el pantano y siento que el tiempo pútrido entra en mis entrañas. No me corroe, no me carcome, no me mata, solo me inunda por dentro, me lleno de tiempo. Vivo la melancolía de la eternidad que fue un instante bello un día muy lejano y se niega ahora a irse.

He perdido todo rastro tuyo, sé dónde te me perdiste pero no sé dónde encontrarte. Vuelvo al pasado y eso ya no me sirve para dar contigo. Te perdí, y en el proceso, también me perdí. Nadie saldrá a buscarnos, nadie podrá encontrarnos y en nuestro vagar nos hemos condenado a errar sin remedio por la vasta eternidad que nos tragó no recuerdo cuándo ni por qué; hace ya tantísimo tiempo que sigue pareciendo ayer...

La condena de un engaño,
promisoria mentira en un rebaño,
amar más perdidos que encontrados...