viernes, 4 de octubre de 2013

5 años.

Espérame 5 años. Veamos cómo nos ha tratado la vida...
Ya no era una niña, sino una mujer
hermosa, de aspecto maduro y enigmático
como el cisne que flota en compases de agua.

¿Todavía te acuerdas de eso?
Sus labios no hablaban
y mis ojos mentían tanto.
Nunca me había dado cuenta.

Por favor... ¿Cómo olvidarlo?
Me dijo todavía que nos amamos,
ni siquiera nos despedimos,
al final nos quedamos los dos.

¿Y qué si la distancia me destroza?
Durante años los recuerdos me bastaron
ahora, en la terrible realidad asoladora
el recuerdo es llanto que pide presencia.

¿Y qué si la distancia se acorta?
El corazón con fantasmas no se conforma.
Pide caras, pide ojos,
pide abrazos y secretos al oído.

¿Y qué si el tiempo se vuelve escoria?
Sangra por la entrega, canta por lo dado,
El corazón de fantasmas no llena.
El corazón regala sangre por el llanto derramado.


Espérame 5 años... Veamos cómo nos ha tratado la vida, si tú aún no te casas y yo sigo sola, volvamos a ser uno. - Dijo la adolescente a su novio, en algún momento en que, tal vez, por trabas del destino, se separaron.

Él, varios años mayor, recordó esa oferta, sin saber por qué motivo, a mitad de la junta semestral con los jefes de producción y distribución. El continuo sonido de su apellido lo sacó del ensueño y lo devolvió a la realidad dura de la sala de juntas... Masculló algo y se sumió de vuelta en el recuerdo: Esta vez, ya nada logró sacarlo de ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario