miércoles, 10 de julio de 2013

Pregunto a...

¿Qué hice, oh mi Dios,
para merecer a esta mujer?
Los siglos eternos a ti dados
me parecen poco motivo
y mucho pago de tu parte.

Qué hice para recibir su amor,
sus brazos de miel
que dulcifican mi alma
y calman toda tormenta.

Abrí las manos a ti clamando
porque me dolían y sangraban,
pusiste en ellas su corazón
y no pude más tomar,
Tú, Señor, llenaste mi vacío.

¿Qué hice, Padre amoroso?
¿Acaso no te insulté hasta hartarme?
Y ahora, en tu eterna gracia,
me pagas insultos con besos,
Truecas mi furia en amor
con el simple toque de sus labios...

¡La amo febrilmente!
¡Que ese amor me consuma!
Me arrojo yo mismo a ese fuego.

1 comentario:

  1. Tienes lo que te mereces, no importa lo que hiciste en el pasado, importa lo que eres ahora, y por ello es que recibes tu premio n_n

    ResponderEliminar