martes, 25 de junio de 2013

Muertes, Muertos y Cantos, I

Cuéntame de tu muerte, dime de ella; descríbeme su abrazo tibio o frío, sus dedos de hueso o su vista de oscuro deseo... ¡Danza Muerte Negra! ¡Danza! Ven a mi tumba y baila sobre ella.

Venga de nuevo mi Muerte Blanca a enseñarme el dulce aroma de las flores que descansarán sobre mi ataúd y mi pútrido cuerpo. Venga la Muerte Blanca a enseñarnos a ser niños de vuelta y correr por campos floridos de funerarias gardenias y en el dulzón aroma de la Muerte Niña irnos a pasear al camposanto como alma que pena por sus ínfimos pecados. ¡Danza Muerte Niña! ¡Danza en las flores de la tierra!

Llegue entonces la Muerte Verde y me tope de frente con sus ojos vacíos, con su lengua muerta, con sus huesos limpios. Venga entonces la raíz y me penetre y me vuelva yerba y me nazcan verdes hojas. Venga la Muerte Verde y nos entierre entre pastos, rocas y pájaros silvestres. ¡Danza Muerte de Yerbas! ¡Mata mi corazón con tu humedad ingente!

Invoco a este lugar de descanso a la Muerte Roja y su tropel de tambores y caballos. Que revienten mis oídos con sus cantos. Que nos lleve a correr por los montes y montañas de huesos blancos. Que se llenen sus fauces de nuestra carne roja, carne llena de pecado y seamos vómito muerto y sangre de vuelta seamos... ¡Venga ya la Muerte Roja! ¡La estamos esperando!

Danzo con Las Muertes, con las muertas me canso. Canto a la Señora que llega vestida, a veces de negro, a veces de blanco. ¡Te amo Muerte, TE AMO!

Llegó la Muerte Azul, la muerte del canto. Me quedo mudo... Bailo, bailo, bailo. Con esta no rezo, no hablo, sólo veo el cielo que se funde en el mar. Estoy a la tierra atado. ¡Te danzo Muerte Azul! Contigo vuelo, contigo caigo...

Descansemos, aún no llegan los muertos encantados. Dime, mientras, sobre tu muerte, cuéntame sobre su abrazo...

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