miércoles, 11 de septiembre de 2013

Fue su voz y no su beso

De mí eran su cuerpo y sus caricias,
de ella era la decisión de negármelas.

De mí fueron sus dedos finos
de ella la seña inmunda que regalaban.

De mí fue su voz y no su beso
pues doquiera la escuchaba
y nunca me dejó acercarme a ella.

De mí fueron sus ensueños,
de él siempre fueron sus sueños.

De mí fueron sus suspiros,
que cual abismo en miseria me dejaron.

De mí fue su voz y no su beso,
hermano Cuervo.

Hoy que la busco, sabiendo que se fue
me topo con la realidad inmensa
de que ella sigue cercana...

De mí fue su voz y no su beso,
Hermano Cuatro Cuervo.

2 comentarios:

  1. A veces conviene agradecer lo recibido, pues si ella hubiera querido, ni una sola mirada hubieras tenido.

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  2. Me inspiró para escribir algo. Claro que lo mío no es poesía, pero lo que te comento es que leer tu entrada me inspiró y te lo agradezco.

    Saludos

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