lunes, 13 de enero de 2014

Melissa

Miro despacio tus ojos marrones,
me deslizo en ellos hasta tocar tu piel
con mis labios ávidos de ti,
cálidas cercanías que deleitan
a tu sensualidad y a mi deseo.

Quise tomar a todo tu ser entre mis dedos
y entregarte toda mi pasión contenida,
recorrer la suavidad de tu cuerpo
con mil febriles besos...

Mis manos quedaron hambrientas
deseando posarse dulcemente
en tu cadera, en tu espalda, en tu vientre.

Mi pecho guarda todavía gemidos
que debe entregar a tu oído.

Mi sexo añora fundirse con tu sexo... una vez más.

3 comentarios:

  1. Y en la desesperanza que guardas,
    seguramente lograrás tu cometido,
    pues hombre, sábelo,
    tu deseo es grande y el receptor lo ha oído.

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    Respuestas
    1. El cometido seguro lo logro
      soy obstinado pero no sordo.
      Agradezco tus dulces versos
      y de tus labios los besos.

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    2. Gracias hombre por ser galante,
      cierto es que tus sentidos son finos y poseen agudeza,
      tanto que traspasando la dureza
      a su destino llegarán triunfantes.

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