Vi a la humanidad reunida
y gritaban todos ¡Somos libres!
con gruesos grilletes aislando
sus manos del mínimo contacto.
Gritaban libertad y los vi abandonados
por ellos mismos
lejos de todos, cabizbajos.
Atados estamos y ciegos
tercos, dependientes y viejos
¿Jóvenes algunos? Nadie.
Me digo libre y necesito mi tarjeta
de buen cobro cada quincena.
Me digo libre y lloro,
mil ocupaciones y me desmorono.
¿Libertad? Sueño dulce
como muerte amoratada.
Morir es liberarse, es no depender
ni necesitar ya de nadie.
¿Libertad? Muere y libérame.
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