domingo, 26 de junio de 2011

A-Dios

En la ausencia de Dios muerto
me siento en comunión plena:
No necesito el icono mudo y duro
que desde la agónica madera
me mira con ojos de cera.

La atmósfera se llena de agua,
vapor, miel y sangre;
mugre que resbala por los cuerpos
y cae a la tierra oculta
para los ojos de cera.

No hablaré del cansancio ajeno,
el mío propio me basta y sobra
¿Alguien quiere un poco?

El deseo, sin cumplir
La promesa, en el olvido
y el dolor se traga al cariño.

A la sombra se arreglan corazones rotos
(No entiendo mis letras.)

El letrero de letras naranjas,
brillantes ascuas de neón inerte
de gas noble que enciende.
El mismo letrero que anuncia siempre
el regreso del reino de la muerte
de ese mismo dios caduco
que me sigue observando en su agonía,
con sus ojos muertos de figura de cera
y la sangre cubriendo sus pies.

Jalo el cable y el letrero se apaga:
Jesús nunca resucitó.

1 comentario:

  1. Que gusto tenerte por aca.

    Para mi siempre es un deleite leerte.

    Besos y abrazos.

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