viernes, 2 de diciembre de 2011

Bienvenido a su nuevo hogar, Señor Ledezma.

Bienvenido a la nueva vida, la que vivirás de ahora en adelante. Las cosas habrán cambiando y dejarán de verse como hasta hace unos instantes.

Quizás no te guste, pero es lo que hay ahí.

Todo sigue tan igual, todo se siente con ese mismo cansancio de antaño. Todo es lo mismo. El objeto no cambia ni perece.

Bienvenido a la nueva era, la que te recibe de ahora en adelante. En donde habitarás por los siglos de los siglos santos de nuestra existencia. Intenta hacerte a la idea, ya todo es distinto. Nada queda de ese periodo y de esa vida que acabas de dejar.


Siéntete orgulloso de haber sido uno de los pocos elegidos para habitar en este nuevo espacio... Tú mismo lo deseaste con tanta intensidad que ahora se volvió realidad.

Quizás no te guste, pero es lo que hay aquí.

Ya se acabó la bacanal del tiempo inmaduro y laxo. Ya llegó el día siguiente de la fiesta, el día en que tienes que ir a trabajar a pesar de ti mismo y tu dolor de cabeza.

Ahora no puedo dormir, aún con las luces apagadas. Quiero platicar con el abuelo y contarle mi sentir, decirle que estoy triste, decirle que estoy asustado, decirle que estoy a su lado.

Bienvenido a su nuevo hogar, Señor Ledezma. Pero no me vea con esos ojos de pistola, tan sólo es mi labor darle la bienvenida...

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