Tomamos dos pares de cervezas, te invité el segundo trago.
Salió a lucir el fuego y un cigarro.
Fumamos y nos fuimos.
Entre la espesa nube de polvo y humo
me perdí buscando tu cintura.
Ahora no recuerdo el camino
que me conduce de vuelta a la realidad...
Acostumbra a ser un sendero pedregoso el camino que dices amigo, no tanto por lo duro del camino sino porque no vamos mirando dónde andamos-pisando ya que solemos distraernos.
ResponderEliminar¡Y el gran problema de que en vez de días sean semanas!
Quizá lo que debamos hacer sea encontrar LA ubicación.
No es tan distinto a estar psicótico
ResponderEliminarEstamos todos perdidos de cierto modo, en cierta forma abstraídos de la supuesta realidad. Una quimera mas bien química que nos obnubila y vuelve tercos.
ResponderEliminarEl mejor momento para perderme y encontrarme siempre ha sido la noche.
Ustedes ¿siguen perdidos?