Estoy besando las llamas de tu amor
déjame mientras sigo ardiendo.
Porque este efímero momento
nunca volverá a vivirse en mi corazón.
En incendios y vorágines de pasión
que se consuma entero mi cuerpo
crepitando, encendido leño.
Cenizas vuelto iré volando al viento
y ya no podré regresar jamás.
Déjame pues con plenitud disfrutar
mi entrega a tu flamígero beso
para arder, marcharme y no regresar.
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