sábado, 7 de febrero de 2015

Soneto pasado

Ayer te vi, reprimí mis ganas de saludarte,
se notaba que te ibas, distraída como siempre
sumida en mil pensamientos lejos de este presente.
Juraste marcharte y hoy lo haces patente.

Seguí tomando mi café acostumbrado,
desde el invierno aquél que vi tu peinado
como siempre desde lejos cuando vas pasando,
saludando en silencio con una sonrisa y un abrazo.

Más amargo saben el café y el tabaco
cuando me dejo el cariño guardado
porque con lágrimas se va mezclando.

A tu sombra di un beso, un te amo,
ella me vio con dulzura complaciente.
Sabes que te extraño, mujer ausente...

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