viernes, 13 de marzo de 2015

Mi depresión es divina, sagrada

No sé cuál es el motivo de mi depresión
ni psicólogos ni psiquiatras
ni pastillas ni terapias,
de eso nada funciona para sentirme mejor.

No sé desde cuándo estoy así,
mis recuerdos me llevan a cuando nací,
pero me dijeron en terapia
que eso es una ilusión que yo construí.

Y si es ilusión como me dicen
¿Por qué la sangre es tan roja y tibia?
¿Por qué la herida es tan real?
¿Por qué trémula la carne palpita sin cesar?

No sé cuál es la raíz de mi tristeza,
ni psicólogos ni psiquiatras
logran ayudarme un poco
con sus pastillas y terapias.

Pero me reconforta la soledad,
me llena de un vacío enorme
donde puedo estar solo y a solas
perdido entre mis eternas olas.

Me reconforta el llanto sin motivo,
aunque será que sí tengo razón
pero perdida, enterrada en el corazón,
para llorar por tantos que mueren
y nadie derrama una lágrima en su honor.

Me llena la soledad de una fuerza infinita
que me lleva a volar encima de la vida
alejándome del dolor de existir
siendo olvido continuo y continuado.
¡Dejadme entonces loqueros!
Dejadme en paz con mis revuelos
no pretendáis arreglar lo que no entendéis
si vos mismos decís que es ilusión
¡Ilusoria su solución será!
y mi tristeza, impoluta, sigue y sigue
ayudándome a andar.

¡Dejadme sin pastillas en la oscuridad!
Prefiero curarme con piedras
que son más reales y pesadas,
que pueden ser con fuego calentadas.

¡No me toquen más!
Respeten mi alejamiento
respeten mi deseo de muerte
¡Mi depresión es sagrada!
¡NO LA TOQUEN NUNCA MÁS!

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