miércoles, 6 de mayo de 2015

Verso de olvido o Verso de Sol calcinante

Aquí mis manos, allá tus ojos.
Perdido entre espinos y obsidiana
me marcho del páramo yermo.
Aquí mis palabras muertas en el viento,
cierro mis labios con hilos de acero,
no creas que tú eres la causa de mi dolor.
Allá estarás flotando en mil ensueños,
acá me sumiré en mis infiernos
y saldré arrastrando mil demonios
para dejarles que tomen el sol.
No creas que van en tu contra
no les interesa si tienes o no razón
ellos se mueren de tristeza en la desolación.
Mil velas no calientan tanto como el sol.

Aquí estoy, en mi desierto,
disfrutando el calor inhóspito
que a tantas almas ya mató;
Aquí estoy esperando a que ardan
los restos de este amor
que llegó flotando en la brisa nocturna
y al amanecer el sol lo inflamó.
Ave carroñera, de mal agüero,
tal como dijiste que soy,
espero a que todos se mueran,
celebro que se pudren bajo el sol.

Aquí detrás del muro negro que arde
con mortecino resplandor espectral
hundo una mano en mi pecho,
la herida comienza a sangrar.
Te he dejado tocar mi corazón,
lo arrancaste, lo desangraste
me dijiste que eso era amor.
Un corazón muerto ya no late
mi corazón muerto brillará como el sol
y quemará tu mano como el fuego
que una vez a mi ser envolvió.

Adiós Viridiana, nunca vuelvas...

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