lunes, 11 de julio de 2011

El nido del Cuervo II



Encontré las estrellas que me faltaban:
Estaban escondidas en el reverso de una
despedida; cuando se rompe un espejo no
perdemos: Ganamos cientos de diminutos
espejitos que brillan igual. Mis sueños
ahora brillan de verde galáctico, azúl
gestado y blanco cisne.

Un tono de voz bajo es como el sol cuando
se levanta por mi ventana, me atrapa
pensando en ti como ahora pienso. La luna
canta con extraños sonidos que me susurra
al amanecer cuando me encuentra despierto,
desvelado, escribiendo para ti.

El nido se siente enorme con mi pura
presencia, debo comprender que estoy solo:
La soledad no es mala: Siempre guarda
silencio y me permite meditar.

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