jueves, 31 de julio de 2014

Pródiga música corpórea

¡Prodigio mi amor!
Soy milagro viviente
Música andante
Pasión hirviente

Desperté con el torso
de madera en guitarra vuelto
los dedos estirados
cuales tensas cuerdas
tocando el laudamus,
como piezas de piano
sonaban mis suspiros.

Hoy por la mañana
mis pulmones se hicieron gaitas,
con hinchados sonidos
de tambores en mi corazón.
Notas de viola, chelo y violín
me movían y bailaba.
Mis rodillas eran las baquetas del tambor.

¡Prodigio, mi amor, prodigio!

Desperté siendo orquesta,
Director y teatro abarrotado.
Fiesta, algarabía y silencio...

Pautas entre notas,
notas entre pausas,
besos en nuestras bocas
corcheas enamoradas.

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