jueves, 15 de enero de 2015

Canto de agradecimiento

Gracias Sol que alumbras por la luz,
gracias a la Tierra dura
que abro con mis dedos.
Gracias por la fuerza ruda
que le otorgan a mi cuerpo.
Que mis manos crezcan
con nudos como robles
y mis rodillas enormes.
Gracias a tu madera
árbol caído, tengo asiento
y tú no tienes olvido.

Cortar raíces es difícil
pero es necesario.

Gracias Vida por tu aliento,
me despiertas la luz de adentro
y mis hombros gigantes
se yerguen triunfantes.
Fuerza bruta contenida.
Sangre de Toro, dinamita.
Manos bellas, destructivas
fuertes y anchas garras
que cortan y sostienen a la presa,
mis uñas negras de tierra,
removiendo en el suelo
para arrancar de tajo
con un golpe directo y seco
el retoño de ese yerbajo.

Cortar raíces es difícil
pero ahora es necesario.
El día avanza, la luz va bajando
falta aún la otra parte del trabajo,
recortar pero no solo abajo.

Gracias Sol que caes y mueres,
que en el océano te sumerges.
Gracias por darme la fuerza
que me quita lo inerme.

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