lunes, 20 de octubre de 2014

Cascabel

Ando sobre una víbora de cascabel de ardiente sol desierto.
Escamas que reflejan la luz inhóspita que ciega
cristales resbalosos, lustrados con pus y sangre seca.
Su rostro duro amenaza mis pasos resoplando.
Cascabel de diamante y mármol brillante,
colmillos afilados, saliva enervante.
Persigues el sendero que me guía
con la sangre de millones derramada.
Cascabel, víbora diamante, guardiana.
Atroz camino son tus escamas.
Cascabel, víbora reinante, tirana.
El beso de tu boca apenas se siente.
Brilla negra la coraza de sangre y arena
escucho tu cascabeleo, a donde quiera me llega.
Antigua serpiente de fuego, mi vida y muerte arreas.

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