lunes, 27 de octubre de 2014

¡Que le corten la cabeza!



Dicen que ya está feliz y resignado
no se enteran de su ánimo fragmentado
pues la única alma sensible a su cambio
fue alejada ya mucho por consejo sabio.

En su decepción, veo que se arrastran
por todo el piso los bichos inmundos
como hacen cada que desean sangre
se acercan a ver qué hacen...

Ahora, sumido en la sombra,
con lentes de agua ve la obra
que nunca termina como diluvio:
Es el más descarado del conjunto.

Se marcha entonces en silencio
no es que le duela en el pecho,
comprende que algunos son opción
y otros, afortunados, son certeza.

Camina a que le corte la cabeza...

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