martes, 11 de noviembre de 2014

Gritarle al mundo que te amo

Pude beber de ti para calmar mi sed
pero te vi aún sedienta
y ninguno de los vinos que tengo
fue capaz de calmar la sequía
que en tu alma ardía.

Fue tanto mi deseo que volqué
en una sola caricia, en un abrazo
todas esas ansias de amarte
y pedirte que intentemos,
rogarte que nos unamos
y me dejes secar tu sudor
que profundamente se coló
en este corazón mio palpitante
donde habitas con tu amor.

Ver tu rostro iluminado
a cada día y cada noche.
Amar tus histerias, tus silencios
y tu risa y tus gritos
y tu cabello que nunca peinas,
hacer de tus días un rosario
de sonrisas y alegrías sin fin,
hacer de tus noches mis farolas
que me alumbren cada paso.

¡Gritarte que te amo!
Abrazarte y dormir en tus brazos.
¿Cómo lograrlo, mujer?
Es tanta la cercanía que me duele
saberte inalcanzable, a mi lado.

Mis ojos lloran y arden
deseando mostrarte miles de astros
en ellos reflejados,
así como se refleja mi amor
en tus ojos almendrados.

¡Gritarle al mundo que te amo!
Pero no logro acercarte más,
no puedo tenerte a mi lado
y despacio me pierdo,
me vuelvo loco y revuelco.

No puedo dormir, no puedo
¡Gritarle al mundo que te amo!

No hay comentarios:

Publicar un comentario