miércoles, 4 de junio de 2014

Anda y ve

Me pides que no te espere
y no entiendes que yo siempre estaré aquí,
esperando a que vuelvas.
Cual perro fiel, cual idiota que ha perdido el norte,
cual niño extraviado en el centro comercial.

Comprendo
siempre comprendo, que necesitas irte.
Naciste inquieto venado,
no puedo amarrarte sin sentirme malvado delincuente.

Ya sabía yo
que te marcharías.

¡Brinca, Venado! ¡Vuela!
Que no soporto verte caída
en tierra, herida, sufrida en tierra.
¡Brinca Venado! ¡Corre y vuela!

Comprende mi llanto, es agridulce, alegre y triste,
como el ronco graznido de los cuervos,
como la extraña mirada roja del conejo.

No dudes que aquí seguiré cuando vuelvas,
Cuervo y Conejo,
ambos en el mismo sitio
donde nos vimos por última vez,
antes de ver que te marchabas.

¡Ve Mujer Guerrera! ¡Sana tus heridas y lava tu Alma!
Con todo mi amor por ti cumplo con la promesa que te he hecho:
Siempre estaré aquí si necesitas de mí.
Siempre respetaré tu propio camino y vuelo.

Ahora, el Conejo corre a su madriguera...
Ahora, el Venado corre a su bosque sin espinos desérticos.

Ahora, se queda y observa las huellas,
ve los caminos y los recuerda y olvida
Ahora... llora y vuela al nido el Cuervo.

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